jueves, 31 de enero de 2008

Pulsión


Dos latidos


un sentir


la angustia


la intriga


el morbo


lo obsceno


lo divino


la obsesión por lo imprevisto


dos latidos en el mar de la vida


¡libertad!


eso somos tú y yo...

sábado, 26 de enero de 2008

La pizzería del mal

Bueno chicos. Desde diciembre en que regresara del centro del país no he escrito como debía, o sea con algo de tranquilidad. Puees bien, aquí estoy para contarles acerca de la pizzería sin baño en el centro de Huancayo, de la cual aún no tengo la dirección exacta, pero les daré santo y seña para que no caigan por ese lugar.

Pues bien, aquella noche regresaba yo algo cansada de trabajar en el distrito rural encomendado por la insitución para la cual estaba ejecutando el proyecto.

Llegué al centro de Huancayo, a la casa hospedaje donde me estaba quedando, pero tenía hambre y decidí salir a comer.

Era una de esas intensas noches en las cuales quieres comer sola, porque necesitas pensar, pensar en todo quello que viste, y empezar a cuestionarte acerca de la injusticia y la justicia en este mundo. Era una noche iluminada por pensamientos solidarios hacia un grupo humano emprendedor, que lucha contra las adversidades de un gobierno central indiferente, de un congreso que gana dinero generando pleitos absurdos, los cuales se conviertenn en titulares de medios de comunicación encapsulados en una burbuja, que sólo reflejan lo que pasa en Lima, cuando la noticia, los verdaderos problemas del país están en su interior.

Era una de esas noches en que definitivamente lo que más quería era estar sola con mis pensamientos. Presurosa bajo a la ciudad, al centro, buscando algún lugar donde comer algo sencillo, algo más para saborear que para saciar el apetito ¡un pedazo de pizza! pensé.

Cual cuycito en laberinto empecé a caminar por las principales calles del centro de Huancayo, sí, aquellas alrededor de la plaza central. Ojo, en Huancayo hay dos plazas importantes y me estoy refiriendo a aquella donde está la Catedral y la pollería "A la Leña", que es buenaza y está en la esquina de Calle Giraldes, si mal no recuerdo, pero es una esquina súper llamativa.

Bueno pues, caminando y caminando llegué a esa pizzería, se veía bien, algo colorida, pero bueno, eso no importaba, se veía limpia, el citado lugar se llama Es Más (o Esmas, no recuerdo) y tiene luces de neón violeta y azul, está en una esquina, frente a un establecimiento donde venden sandwiches y hay además una especia de minimarket, donde venden desde embutidos hasta pan, leche y todo lo que una necesita cuando vive sola. Es fácil de reconocer porque siempre hay gente o bien comiendo sandwichs (que iban desde los 2.50 soles) hasta cola en la caja del minimarket, pues como reitero, en ese lugar encuentars de todo. Pues bien, sigamos con la pizzeria.

En plena esquina está la pizzería y tienen dos formas de atender a los comensales, una es recibiéndolos en sus instalaciones, donde tenían alrededor de 6 ó 7 mesas y por el amplio mostrador, donde atendían a quienes querían algo al paso.

Me gustó el lugar por lo pintoresco, pero sobre todo porque se veía limpio. Yo venía de dar una charla sobre higiene antes de comer y bueno, me senté a esperar que me atiendan y una jovencita de manera gentil se me acerca y me ofrece la carta, acto seguido pido un jugo de papaya y una pizza española, mi orden es tomada y quedo sentada esperando por un momento. Es entonces que le digo a la chica:

- Disculpe señorita, ¿tendrá servicios higiénicos?
- No hay.
- Pero necesito lavarme las manos!
- No hay, señorita.

¡Diablos! pensé, felizmente tenía alcohol en el bolso, bueeeeno, ya no podía irme pues ya había hecho mi pedido, lo importante era que mis manos ya estaban desinfectadas y yo queía comer tranquila, junto a mis pensamientos.

Me sirven, corto un trozo de pizza, no luce muy bien, se ve simple, pero bueno, no hay tiempo para exquisiteces, ese día había visto niños que ni siquiera tenían para comer, así que hacer pataleta por una pizza no muy rica, pues como que estaba demás. Empecé a comer, tranquila, pausada... en la mesa de al lado había una muchacha, una campesina joven con su niña, comiendo también pizza, lamentablemente mostraban cómo es que trituraban los alimentos porque mientras masticaban conversaban. Traté de no prestarles mucha atención para comer insisto TRANQUILA, sin que nada perturbe ello y menos, personas que no cierran la boca para comer pues soy bastante asquienta cuando me alimento. "Abstráete Sofi" me decía a mi misma para no ver ese desagradable espectáculo y comer en paz.

Gente va y gente viene y de pronto el lugar empieza a llenarse, la gente quería entrar y no había espacio, veo que la joven que me atendió sale de la mini cocina que tienen, se acerca a la joven que comía de manera desagradable y a su niña y les dice que se cambien de mesa. Ignoro el comentario hasta que...

Grande fue mi sorpresa cuando veo a ambas (sí, joven e hija) que se sientan a mi mesa, o sea ¿alguien me preguntó?????? Luego del espanto, intenté comer tranquila pero los dientes blanquiverdes de mis acompañantes no me dejaban, le echaban tanto chimichurri a la pizza (sí, para empezar, le echaban chimichurri a la pizza) que su conversación al comer se veía adornada con restos verdes en sus dientes ¡¡¡por Diosss!!! no pude más.

Tragué tanto la pizza como el jugo, pagué mi cuenta y dije a la chica que me atendió:

- "No vuelvas a hacer eso, ni siquiera me preguntaste si podías poner a dos extrañas a mi mesa"

- Es que ya no hay sitio y ha llegado más gente, dijo la pobre.

- "Si he venido a comer sola es porque QUIERO COMER SOLA, si quisiese compañía le hubiese dicho a alguna amiga que me acompañe, quizá a la gente de acá no le incomode, pero a mí sí, porque una no paga sólo por lo que come, sino por el lugar, el espacio, el momento que una quiere pasar en dicho lugar. No te he hecho escándalo porque no es mi estilo, pero conozco muchísima gente que sí te lo habría hecho"

- Disculpe señorita.

- "Fíjense en eso, que sino la gente que viene de visita se les va a espantar, encima de eso no tienen baño y eso es una falta grave".

No sé a ustedes, pero a mí ese tipo de cosas me desagradan sobremanera y me hacen renegar y si no fuese por mi actitud positiva, pues me malograrían el día.

Reitero, la pizzería está más o menos a dos cuadras de la plaza donde se encuentra la catedral y está en dirección opuesta a la pollería La Leña, que es buenaza y tanto la pizzería como la pollería están e una esquina, sólo que la pollería está en plena plaza y la pizzería del espanto a dos cuadras aproximadamente.

Se llama Es Más (o Esmas) pero debería llamarse Es Menos.

¡Habrase visto!

Cuando me pasen el dato de la direc exacta se las paso, pero estoy segura que quienes se han dado su vuelta por Huancayo, ya deben haber captado cual es, porque es muy vistosa.

Huancayo, tierra bella, pero lamentablemente con sitios como ese. Pronto más historias sobre mis días en Huancayo (las fotos están arcaicamente en un rollo, así es, espero tenerlas pronto)

Besos.

Lo malo

Lo malo de traer a la realidad un ser de la fantasía, radica justamente en eso, que se vuelve real...

miércoles, 9 de enero de 2008

Primer post del 2008

Aquí regresando de unlaaargo receso. Les comento que el viaje a Huancayo fue espectacular, muchas experiencias humanamente reconfortantes pero a la vez inquietantes ¿cómo así? pues el conocer gente que vive en extrema pobreza me hizo pensar en cuan afortunados somos muchos al tener tantas comodidades que en algunos rincones del Perú no existen y que sin embargo, aquellas personas que carecen de ellas no se limitan y por el contrario son más emprendedores que nadie.

Tengo muchos temas que contar, espero hacerlo prontito porque sigo metida en el proyecto que me llevó por esas tierras, procesando datos, analizando y viendo qué se puede hacer por estos pueblos.


Gracias a quienes preguntaron por mi durante este mes. Prometo algunas fotitos y la direc de la pizzería espantosa esa (no sé en qué libreta de apuntes está).

Un beso a todos y nos vemos pronto.